viernes, 1 de junio de 2018

Leer, verificar


No sé si comparto el crédito que muchos conceden a Verificado 2018, la plataforma que se encarga en México de revisar noticias falsas o imprecisas con el propósito de desmentirlas. Así como se desconfía de ciertos medios de comunicación, servicios de noticias y redes sociales, yo recelo de quienes se erigen como árbitros de mentiras y verdades. Me parece vano que un proyecto periodístico se jacte de publicar información rigurosa y confirmada. Verificar la información debería ser obligatorio para todos los periodistas ("si tu mamá te dice que te quiere, primero lo confirmas y luego le crees", se decía antes y quizá aún se dice a los alumnos de la Escuela de Periodismo Carlos Septién). En un país donde los medios de comunicación son en mayor o menor medida controlados por el gobierno, y donde el periodismo riguroso es poco rentable, se considera una innovación confirmar las noticias. Verificado 2018 es un esfuerzo notable, y necesario, no cabe duda, pero a final de cuentas quienes manejan esa página también se han visto obligados a admitir que se equivocaron al tildar ciertas informaciones de 'mentiras', o bien, que existen al menos dos versiones de la verdad. Verbigracia: la nota ¿Verdades o mentiras? Esto dijeron los candidatos sobre seguridad y violencia en el primer debate, en la que inicialmente se calificó como falso lo dicho por un candidato y, luego de recibir de parte del equipo de campaña las cifras en que éste se basó, tuvieron que aclarar que “lo dicho por el candidato también es cierto”, pero como utilizaron una metodología distinta, pues llegaron a resultados distintos. Lo aclaran, sí, pero el daño está hecho: para quienes vieron la primera nota y no la aclaración (colocada como “nota del editor” en el sitio web pero ya no difundida a los cuatro vientos en Twitter), el candidato X simplemente “mintió”. Y cada quien se convence de lo que quiere creer. En vista de que también el encargado de verificar los hechos puede equivocarse, puede ofrecer una “verdad distinta” o bien descubrir que su visión de los hechos depende de su perspectiva (Leibniz estaría orgulloso), prefiero, por lo pronto, hablar de "verdades" en plural y "posverdades". Es curioso que la RAE tuvo que asimilar la noción de "posverdad" en 2017, por no quedarse, entiendo, fuera de la moda que explica fenómenos como el Brexit o la victoria de Trump como resultados de una serie de informaciones distorsionadas con pretensiones de verdad. Lo real ya no entendido como algo ontológicamente sólido sino como una construcción de conciencia. El agua tibia, claro. Baste recordar el concepto posmo de hiperrealidad o la misma representación de Schopenhauer. Parece que el mundo hiperconectado se empeña en darle la razón al obispo Berkeley: esse est percipi, ser es ser percibido. Y vale, el mundo es nuestra representación, las cosas son una sensación interior que resulta de una impresión en los sentidos, no podemos conocer la "verdad en sí" y todo eso, pero al menos deberíamos poder resistir y rechazar lo falso, llevar la duda a sus últimas fronteras y afirmar contra el propagandista Goebbels que una mentira repetida mil veces sigue siendo una mentira. Es comprensible que los relatos de ficción reclamen una "voluntaria suspensión de la incredulidad", que nos permite adentrarnos en el mundo imaginario que postulan. Si reconocemos que los hechos verídicos también, una vez acaecidos, se vuelven un relato que, por su naturaleza, nunca es completamente exacto y siempre admite un detalle más y una precisión más, y que aun al que lo presencia, o lo sufre o lo experimenta, no le queda como prueba más que un relato incompleto, acaso tendríamos que leer las noticias tomando en cuenta que no se trata de creer o no creer en un hecho o una serie de hechos, sino en un relato, e interpretarlo haciendo a un lado nuestras ideas preconcebidas; es decir, leer las noticias en un estado de conciencia semejante a una "voluntaria suspensión de la credulidad", mediante la cual podemos inhibir nuestra tendencia automática a estar de acuerdo o en desacuerdo con lo que leemos bajo las predisposiciones habituales (“yo como simpatizante de X”, “yo como opositor”, etc.) Ante el embate de la "posverdad", definida como una circunstancia en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que las emociones y las creencias personales, lo cual a su vez sirve a los demagogos para manipular los sentimientos elementales de los ciudadanos y distorsionar la realidad, una plataforma como Verificado es necesaria, pero no basta, también es deseable oponer un lector capaz de controlar sus emociones y la relación de éstas con su capacidad cognitiva y su pensamiento, sin tener que renunciar por ello a la experiencia emocional del propio relato. Ignoro si existe, si puede existir ese lector, cuyos rasgos he esbozado apenas. Resulta problemático impedir que nuestros prejuicios, nuestros miedos y pasiones interfieran con nuestra interpretación de lo que se nos presenta como noticia entre tanta basura mediática. Si podemos concebirlo, creo que el contacto consuetudinario entre ese lector escéptico y un medio de comunicación riguroso, como idealmente sería Verificado, podría provocar que, aunque sea por unos momentos, la comunicación supere al ruido y podamos estar mejor informados o, al menos, aspirar a la docta ignorancia, reconocer los límites de nuestro entendimiento en un mundo hipercomplejo y superar nuestros prejuicios.     

lunes, 26 de diciembre de 2016

El día que el terror invadió el parque

Encuentro en este artículo, publicado en marzo de este año por el New York Times, sobre el ataque con bombas en el parque Gulshan-e-Iqbal, en Lahore, Pakistán, un resumen de este 2016 que termina y, quizá, algo más, una advertencia, una ominosa señal de alerta y una teoría en clave sobre la muerte de la humanidad.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Cosas insignificantes que ni siquiera tienen nombre



Si se me permite el mal gusto de sonreír en medio de este gran funeral que fue 2016, debo reconocer que fue un buen año para mí, bueno a secas, pero bueno al fin por muchas razones intrínsecas que no vale la pena traer a cuento pero, sobre todo, porque he vuelto a escribir. Lo hice este año después de la abrumadora falta de tiempo que me agobió en los años recientes, del shock de haberme convertido en padre y de un bloqueo creativo que me hizo creer que todo había acabado para siempre. Y soy consciente de que la suspensión de mi escritura creativa, mi penosa agrafía, me obligó a replantearme lo que quiero de la literatura y del mundo literario, y retomar mi proyecto de una manera más honesta, alejado aún tanto del realismo ramplón como de la fantasía manida que parecen imperar en esta época, y sin embargo ahora tomando con mayor conciencia como fuente de inspiración mi propio yo como sujeto histórico, los efectos que en mí reflejan los tiempos que corren, pero también los aspectos de mi vida que parecen menos importantes, las pequeñas cosas que me salen al paso y que casi no se ven, cosas tan insignificantes que ni siquiera tienen nombre, cosas opacas que una mirada atenta o una palabra exacta vuelven traslúcidas; escribir de ello con una voz honesta y austera, una forma de decir sin rodeos, sin ampulosidad o demasía en las palabras, escribir con la entonación más clara y concisa que pueda hacer pasar a través de mi mente atribulada, contemplar todo como una gran pintura que se estira hacia cualquier parte, captar sus elementos vivos y sacarle un color o un brillo frotándola con los ojos, algo, magia dormida en el pasto marchito, en los dientes de león que ya ninguna emoción se detiene a soplar, un viso, un indicio, algo que me haga sentir más despierto; escribir como si sólo con mirar bastara, como si el reflector de la atención por sí mismo fuese capaz de iluminar el mundo y escanciar la prosa sobre la página, por gusto, porque la vida es corta, sólo motivado por esta voluntad de consignar, registrar, imprimir, esta obstinación de disparar imágenes sobre la pantalla, de mirar con fruición una presencia, una personalidad, un gesto, una sombra fugaz y transmitir todo ello como corriente eléctrica hacia mis dedos y dejarlo, intacto, sobre la página, de auscultar el tiempo y el espacio, de extraer poesía de las piedras, de lo que no es poesía, esta manía de observar que a veces me paraliza, me sustrae de las agitaciones sociales, de esa red de confusiones y voces que son los seres humanos, introduciéndome en una especie de trance, una duradera suspensión de ese yo que participa de la vida social, para sumergirme de lleno en ese otro yo que entiende, en ese oído que mira y ese ojo que escucha, en la otra conciencia que busca las formas generales, la experiencia que escudriña con respeto los andamios de palabras que otros urden para sostener sus lujosos templos de ideas, y luego se detiene, con modulada atención, con sincero amor, ante la emoción sencilla, la más clara y general de todas, tan clara y evidente como la luz de la mañana o como la sangre seca mezclada con mugre en las rodillas de un niño, esa conciencia poderosa, paralizante, que algunas mañanas me ha aconsejado quedarme en casa, atrincherarme, esperar a que se calmen todos, que le bajen dos rayas a su ridículo mundo, o bien terminen de enterrarlo de una buena vez, mientras yo contemplo las pequeñas cosas y dejo que lentamente se difumine el día, como hoy, que me he quedado en casa.

sábado, 12 de julio de 2014

domingo, 6 de julio de 2014

Frieda y K.


El clima desolado que se siente desde la primera página de El Castillo de Kafka no hace más que empeorar conforme la novela avanza, cada día más gris que el anterior. Pero no se diga que es una novela sobre la desolación. El Castillo es una novela de amor. El desamparo, el absurdo, el totalitarismo, la exclusión social, la insignificancia del individuo son temas secundarios. Lo fundamental es la historia de Frieda y K., una historia de amor que, como tantas otras, se complica y termina convertida en una historia de fantasmas. Es el segundo día de K. en el pueblo donde el Castillo le ha ofrecido un trabajo. El agrimensor llega a una posada donde conoce a Frieda, una criada que le sirve cerveza. Habla con ella y descubre que es la amante del señor Klamm, "autoridad del Castillo", hombre misterioso a quien todos temen pero casi nadie conoce. Después de charlar un poco, K. le dice a Frieda, audaz o intempestivamente, que podría asegurarse la ayuda de un hombre sin influencias pero igual de combativo. Frieda le pregunta si pretende separarla de Klamm y K. le dice que le ha leído el pensamiento: ella debería abandonar a Klamm y ser su amante. Poco después, Frieda lo llama "amado mío, mi dulce amado". Ocurre entonces un arrebato extraño en el que se abrazan y parecen a punto de entregarse el uno al otro acostados en un charco de cerveza. Al día siguiente ya están hablando de casarse. ¡Cómo! ¿Tan fácil resulta enamorarse en este pueblo y tan difícil llegar al Castillo para cumplir el simple trabajo por el que K. llegó en primer lugar? Cuando Frieda empieza a llorar, la posadera explica a K. que está confundida por la coincidencia de tanta felicidad y tanta desgracia, pues ha ganado el amor de K. pero ha perdido la amistad de Klamm y su empleo en la posada. Entonces K. dice que antes de la boda debe hablar con Klamm. La posadera le responde que es imposible; discuten y ella le dice que apenas lleva dos días en el pueblo y ya cree saberlo todo mejor que sus habitantes. Lo que sigue es una reprimenda de la posadera, quien despide a K., casi con vesania oracular, diciéndole que adonde quiera que vaya sigue siendo el más ignorante en el pueblo, y que no se atreva a decir a nadie más todo lo que dijo en la posada, por ejemplo, cómo pretende hablar con Klamm. Esta escena implica ya una serie de confusiones que nunca se aclararán. Es apenas el comienzo: el resto del libro está lleno de estupendas confusiones que harán de cada capítulo un nuevo fracaso y de la novela un magnífico desastre cuya escala es la de un accidente nuclear, suficiente para poner al mundo de cabeza. Unas doscientas páginas después del encuentro en la posada, Frieda dice a K. que no habrá boda. El romance termina de golpe y sin explicación, tal como ha comenzado. K. no puede creerlo, no lo aceptará. Después de pretender usarla como influencia para llegar al Castillo, de abandonarla aunque no del todo para irse a enamorar a otras, resulta que realmente está enamorado de ella. Quien explica semejante contradicción es la criada que ha reemplazado a Frieda en la posada: "Estás enamorado de Frieda porque acaba de dejarte. Es fácil estar enamorado cuando ella está lejos". De manera que K. no ama a la Frieda de carne y hueso. Se enamora de una Frieda inmaterial, del todo inalcanzable, como el Castillo. Cuando al fin se decide a cumplir su promesa de amor, Frieda sale de su alcance, desaparece, sumergida en la niebla que se cierra como telón de la tragedia, engullida por la oscuridad del Castillo al que vuelve arrepentida de la mano de Klamm. Frieda convertida en una Dulcinea del Toboso, mujer insignificante, feúcha y avejentada que, por inasible, por irreal, se vuelve objeto de su amor. Frieda es ahora lo sublime inalcanzable. Acaso no haya mejor definición de lo que podríamos llamar 'amor kafkiano'. 

martes, 11 de junio de 2013

Máquina del tiempo (únicamente pasado)

Funciona si la sangre da una vuelta completa al revés.

viernes, 17 de agosto de 2012

¿De qué hablamos?


Hoy en día casi nadie mueve un dedo si no es por dinero. Cuando abrí este blog, mi objetivo era publicar textos que implicaran un trabajo gratuito, fuera de la lógica de esfuerzo-recompensa, por puro gusto pues. Y tuvo su encanto. Pero eran otros tiempos. La verdad es que ha dejado de ser tan emocionante. He seguido publicando por error, asumiendo que es mi obligación expresarme, decir algo. Creo que esa actitud es uno de los grandes problemas que tiene esta sociedad a la que pertenezco. Somos azuzados a expresarnos, todo el tiempo. Mucha gente no se expresa porque tenga algo que decir, se expresa porque tiene que decir algo, porque todos están esperando que diga algo. Quedarse callado es tabú, el silencio es escandaloso. Si no publicas tus puntos de vista en Facebook, si no tuiteas tus gustos musicales o tu posición política, no existes. Si no estás diciendo lo que piensas cada diez segundos, es necesario verificar tus signos vitales. Y así cada día es más grande el enjambre de personas que opinan sobre todo, expertos en política que también son connaisseurs de cine, son directores técnicos de futbol y además se tutean de toda la vida con Faulkner o con la última celebridad literaria muerta. No falta la chica engreída que regaña a todos en las redes sociales por decir "olimpiadas". No son olimpiadas, nos instruye: olimpiada es el período de cuatro años que transcurre entre cada edición de los Juegos Olímpicos; lo correcto es decir, precisamente, Juegos Olímpicos. Y esta confusión leída en Wikipedia se convierte en verdad categórica para ella y sus amigos, quienes al parecer jamás han visto que las medallas olímpicas dicen: "Olimpiada". Están también los opinólogos perspectivistas que se contradicen sin darse cuenta. Por ejemplo, personas que protestan contra la manipulación que ejerce Televisa y son incapaces de reconocer la propaganda derechista en la última de Batman, cinta que los llena de admiración y los conmueve hasta el llanto. A decir verdad, la mayoría de nosotros no tenemos la menor idea de lo que estamos hablando. Lo ignoramos casi todo y sin embargo nos sentimos cómodos prodigando nuestra supuesta sabiduría. Pienso a menudo en el título de aquel estupendo relato de Carver: De qué hablamos cuando hablamos del amor, en el que dos parejas conversan sobre el amor y se quedan a oscuras, inmóviles, sin comprender casi nada de lo que han dicho. La verdad es que no sabemos de qué hablamos cuando hablamos del amor, ni de tantas otras cosas. Y digo nosotros porque yo estoy igual. Ya lo ven, toda esta parrafada para explicar el ánimo de depurar mi blog, borrar una buena cantidad de entradas y, en adelante, postear sólo aquello que sea para mí absolutamente necesario decir. Antes creía que si dejaba de publicar iba a perder a mis tres lectores. Ahora eso ya no me inquieta, lo más probable es que ya los haya perdido. Quizá no vuelva a publicar nada nuevo en los próximos 16 años, acaso sea menos tiempo, dos días, quién sabe, qué más da.

viernes, 20 de enero de 2012

Si yo hubiera

A todos aquellos que me dicen que «el hubiera no existe», les tengo noticias, alcornoques: el hubiera SÍ existe, es el tiempo pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo, y sirve para hablar de acciones de cumplimiento imposible, que tal vez nos arrepentimos de no haber realizado; algo que pudo ser pero no fue. Pluscuamperfecto viene del latín plus quam perfectus, que significa «más que perfecto». Por ejemplo: Si yo hubiera ido al concierto de Morrissey el año pasado, mi felicidad por ello sería más que perfecta, y ya podría suicidarme tranquilo.




No se crean, nomás quería expresar que el hubiera sí existe y tiene un nombre bien padre. Y que me gustan las fotos de cementerios viejos y lejanos.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Y allá al fondo, en el oscuro diciembre, el fin del mundo. O bien, el viraje drástico hacia el comienzo de una nueva era, la invención de un nuevo mundo. No hay nada de malo en vivir este año que viene como si fuera el último.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Oootra lista sobre lo mejor del 2011

Bueno, no es lo mejor del 2011. Es una lista de la música que me emocionó este año, no espero que les guste a todos. Más que álbumes, reseño aquí las rolas que más me gustaron. La verdad es que no estuve muy atento a los nuevos lanzamientos. A lo mejor ya llegué a la edad en que escuchas más música vieja que nueva, así que seguro hay varias canciones que también me parecieron buenas pero no las recuerdo tanto o no les doy el lugar que merecen. No hay un número preestablecido, como "top 10" y así, simplemente puse las que me gustan y las jerarquicé. Supongo que aún me falta escuchar mucho de lo que se hizo en 2011. Lo más seguro es que esta lista cambie con el tiempo.

15. Gary Numan. Resurrection. Vuelve Numan con un álbum que resucita sintetizadores macabros de otros tiempos, convenciones electro de las que él fue visionario, al mismo tiempo que incorpora imaginería sónica digital de cuño reciente. Sin ser novedoso (suena como un viejo ‘frankenstein’ robot que camina lenta y pesadamente, arrastrando circuitos y pedacería de sintetizadores), 'Dead son rising' es un álbum que contiene algunos tracks brillantes.



14. Tim Hecker. The Piano Drop. Con un título perfecto, cargado de significados que cristalizan en una genial combinación de arte sonoro e imagen, este tema del álbum ‘Ravedead 1972’ crea una atmósfera que parece salir de un subwoofer arruinado a punto de explotar y se va depurando hasta alcanzar un clímax de nitidez que deslumbra. Subir el volumen al máximo y revisar al final si no sale humo de las bocinas.



13. TV on the radio. Will do. Del impresionante álbum-película 'Nine types of light'. TV on the radio continúa sorpendiendo con rolas de gran creatividad, combinatoria de rock, funk y soul, en un álbum con un mensaje profundo acerca del amor y el enamoramiento. La película completa merece un vistazo.



12. Friendly Fires. Live those days tonight. Friendly Fires continúa su aventura sonora con un plato de exquisita sencillez melódica, galvanizado con electrónica bailable, a veces retro a lo Daft Punk, a veces funky, a veces sensualmente lenta, sintetizadores soñadores y un poderoso ritmo que electriza el cuerpo. Semejante al arte visual del disco, el tracklist resulta un brillante crisol de colores sonoros.


11. Juan Cirerol. Corrido Chicalor. ¡Ajúa! El originario de Mexicali, Baja California, sorprende con su reinvención del corrido mexicano con tendencia country y actitud punk. Cirerol es una especie de cruza entre el Piporro y Johnny Cash. Desparpajado y parrandero, el Cirerol tocará en el próximo Vive Latino y se puede esperar que haga mucho escándalo este año que viene.

10. Nils Frahm. For. El brillante compositor alemán Nils Frahm lanzó este año un EP con dos tracks ('For' y 'Peter') de sobrecogedora belleza, capaces de brindar sosiego a los espíritus atormentados. No se trata de sonidos para poner de fondo, como se ha dicho por ahí, sino de música para escuchar en primera fila y con el corazón a todo volumen.




9. Zun Zun Egui. Katang. ¿De dónde salió esta extraña, heterogénea banda? No había tenido noticia de ellos hasta este año y puedo decir que me volaron la tapa de los sesos con su entusiasmo progresivo-krautrockeado, sonidos que no escuchaba hace mucho tiempo. Este corte del album 'Katang' muestra el elaborado mestizaje de géneros que se impone como una salida a la mediocridad que parece imperar entre las escenas rock actuales.


8. The Kills. Future starts slow. The Kills nos deleitaron este año con un disco sucio, ruidoso y sexy. En este segundo single, las voces juntas de Jamie Hince y Alison Mosshart suenan compactas, sugestivas, elocuentes, sobre tambores duros, profundos, ordenados y guitarras intermitentes para lograr un sonido crudo muy disfrutable.



7. Battles. Ice Cream. Gran tema del álbum 'Gloss Drop', uno de los más raros del año. Empieza como la marcha de un bizarro carrito de helados, acompañada de un siniestro jadeo (más tarde parece que alguien está apaleando o torturando al heladero) y se convierte en una canción de verano con frenetismo rock-electrónico que recuerda a Fatboy Slim.


6. Cake. Long time. La banda originaria de Sacramento, California, da un golpe de timón con su álbum 'Showroom of compassion', cuyo destacadísimo corte Long Time es uno de los que no me he cansado de escuchar una y otra vez este 2011.



5. The Strokes. Taken for a fool. Temazo del álbum 'Angles', de una banda que dominó el panorama rock durante la última década. Francamente no es un gran álbum, está muy por debajo de sus anteriores entregas, pero temas como éste refrendan el lugar al sol que tienen en la historia del rock.



4. Radiohead. Morning Mr. Magpie. Como es usual, el nuevo álbum de Radiohead, 'King of limbs', sorprendió a todo mundo. Recuerdo que su lanzamiento fue anunciado para cierta fecha y adelantado sin previo aviso. Eso fue... no sé, como si adelantaran la navidad, o algo así. Como otros trabajos de Radiohead, no es un álbum que guste mucho a la primera escuchada. Uno debe dejarlo actuar y crecer en la propia sensibilidad hasta que su verdadera belleza toma forma.


3. Danger mouse & Daniele Luppi ft. Jack White. Two against one. El productor Danger Mouse se alía con Daniele Luppi para crear el majestuoso álbum 'Rome', alarde de creatividad y conocimiento de técnicas musicales, arreglos orquestales deslumbrantes y melodías de gran sensualidad. Aquí colaboran con Jack White (otro Rey Midas musical) para ofrecer un tema que sin duda perdurará como uno de los mejores de 2011.



2. Tom Waits. Bad as me. La poderosa y retorcida factoría musical de Tom Waits brinda otro álbum de gran acabado, el número 17 de su carrera. En este tema se concentra el estilo inconfundible de Waits, con su voz rugiente sobre una atmósfera sombría, pianos de cabaret, metales burlones, guitarras siniestras, armónica soñadora; todo sazonado con líricas desparpajadas e impredecibles: Eres la punta de la lanza / eres el clavo en la cruz / eres la mosca en mi cerveza / eres la llave perdida / eres la carta de Jesús en la pared del baño / eres la madre superiora vestida con sólo un brassiere / eres tan malo como yo.

1. The Horrors. Endless Blue. Es difícil decidir cuál es el mejor tema del álbum 'Skying', con el que The Horrors dieron el gran salto que ya se preveía en su anterior 'Primary Colors'. Elaborado con una marca que The Horrors han patentado desde dicho álbum anterior (la canción dentro de la canción, cuya forma fue trazada en la deslumbrante Sea within a sea), este tema empieza como una tarde soleada en la playa y se transforma abruptamente en una frenética aventura rocker, con saturadas guitarras reminiscentes de Smashing Pumpkins y un trabajo vocal cercano a David Bowie.


martes, 22 de noviembre de 2011

Paquear

Alguna vez dije que el box es un deporte de uno contra uno en el que siempre gana Pacquiao. Cuando supe del tercer capítulo de Márquez vs. Pacquiao, dije con la misma impasibilidad: va a ganar el pinche filipino. Entre mis amigos me convertí en la pinche Malinche, pero tuve razón. Y es que Pacquiao le ganó a todo México, aunque no le ganó. En realidad ganamos, pero perdimos. ¿Acaso no es lo que nos pasa seguido? Y luego qué sorna, qué delectación el verbo pacquiar: Dícese de la acción de robar, asaltar, embaucar, agandallar, desfalcar. Sinónimo de hurtar. Ejemplo: "Me pacquiaron el celular en el camión". "No me vengas con que a Chuchita la pacquiaron". "Pacquiao que roba a Pacquiao..." La palabra me sonaba de algo y la busqué en el diccionario de la Real esa madre, y ¿qué creen que me encontré?: paquear2. (De paco1). 1. tr. Ur. En lenguaje juvenil, engañar (inducir a tener por cierto lo que no lo es).

Jajajajaja

sábado, 5 de noviembre de 2011

Si hay algo peor que ser viejo es ser un viejo pendejo :O

miércoles, 17 de agosto de 2011

«Comunicación en tiempo real». Ja, no mamen. ¿Qué es lo que entienden por «tiempo real»?

domingo, 17 de julio de 2011

Cuando Lope de Vega escribía algo nuevo había cierta trivialidad: una nueva obra suya era como añadirle un pelo a un gato.

jueves, 7 de julio de 2011

¡Ya cállate, carajo!

Hola, hace rato estaba pensando que mis maestras de prepri y primaria tienen la culpa de que yo sea tan antisocial. Cuando era niño hablaba todo el tiempo con todos, y en el salón las maestras verracas se la pasaban poniéndome sellos de periquitos en mis cuadernos (también me ponían puerquitos porque tenía los cuadernos llenos de mugre, mojados o con restos de comida, pero ésa es otra historia). La boleta de calificaciones, que debía mostrar a mis padres para que la firmaran, venía con la advertencia: "que ya no platique tanto". Mis papás, molestos, me decían: no platiques en clase, hijo, para eso está el recreo. No entendían que el recreo era para jugar, no para platicar. Y aunque las maestras me sentaran en la primera fila en el salón, no podía evitarlo: tenía tantas cosas que decir. Así que seguí plática y plática hasta que la maestra explotó en plena clase: ¡Federico! ¡Ya cállate, carajo! ¡Eres un perico! Me gritó más fuerte que a los demás, su grito sigue reverberando en mis oídos. No me quedó más remedio que obedecer, me sentí herido pero decidí que ya era suficiente, que podría decir todo lo que tenía que decir en el recreo. Pero cuando llegó la hora del recreo los niños se burlaban de mí, apenas abría la boca, me decían: ¡ya cállate! ¡carajo, cierra el pico!, y se carcajeaban. Recuerdo con hiriente nitidez a una niña de colitas y calcetas con pompones que me gritó: ¡Federico Perico! ¡Federico Perico!... ¡Feperico! Ésa fue la puntilla: a partir de ahí, mi nombre fue Feperico. El coro de los mocosos que formaron una rueda en torno a mí fue atroz: ¡Feperico! ¡Feperico! ¡Feperico! Paradojas de la vida: Feperico ya no hablaba con nadie: desde entonces me volví huraño. Ahí empezó mi largo mutismo, por no decir autismo. Mi espíritu, hasta entonces volcado hacia los demás, se dio media vuelta y se dirigió hacia mí: conocí los placeres y desazones de la introspección. Pude haber muerto de depresión, la mordaza cruel que me habían impuesto en la escuela me asfixiaba, pero afortunadamente apareció casi de inmediato un nuevo grupo de amigos con los que podía seguir conversando, pero en silencio, casi en secreto: los escritores y los personajes literarios. No sé si quienes me leen en México se acuerden, pero uno de los libros de Español de la SEP incluía el magnífico cuento "Los dos reyes y los dos laberintos", de Borges. No puedo describir el asombro que me provocó leerlo. Leer por primera vez a Borges es una experiencia invaluable que le deseo a los millones de niños que están en la escuela ahora mismo. En mi caso, su lectura supuso un deslumbramiento tan grande, que me empujó a leer todo lo que fuera posible encontrar de Borges y de los muchos otros autores en los que él se desdobla, a quienes he descubierto a través de él, y cuyas páginas han iluminado todos y cada uno de mis días hasta hoy. Desde entonces sé que el silencio permite otro tipo de diálogo, mucho más profundo y lleno de emoción y sentimiento. La literatura me ha permitido volver a ser el niño que habla y habla y habla pero también escucha, también sabe estar en silencio. Ya no soy tan huraño, hablo con quien quiere dialogar, y agradezco a quienes me impusieron el silencio en mi infancia porque sé que si no lo hubieran hecho yo seguiría hablando sin freno, pero diría puras pendejadas, como ellos, baste decir.

domingo, 6 de febrero de 2011

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lunes, 31 de enero de 2011



Si tuviera una cadena de televisión, pasaría los paralímpicos completos. Más interesantes que el Necaxa-Correcaminos, por ejemplo.


jueves, 30 de diciembre de 2010

En el radio suena REM: It's been a bad day, please don't take a picture. Magnífica canción para terminar un año que fue pura decepción. Sigo sin entender de qué se trató 2010. ¿Entonces un adolescente frustrado por no poder ligar, que inventó un programa para calificar las fotografías de sus compañeras de escuela mientras se hacía puñetas de rabia, es el hombre más importante del año? La mancha de petróleo en el Golfo de México fue una marranada, pero ya se organizan nuevos desastres. Las narrativas masivas son cada vez más agresivas y faltas de sentido, mis amigos publicistas siguen dilapidando su creatividad en productos podridos y estúpidos. Este año se celebraron por primera vez bodas gay en México. Algunos ya se divorciaron. Con frecuencia es más divertido desear algo que tenerlo. En las calles de México la metralla no cesa. Una guillotina pasa rasando, deja un picadillo aguado y arroyuelos en los que se mezcla la sangre de los sicarios con la de los inocentes, una sola sangre vencida en el suelo. Dicen que vamos ganando la guerra contra el crimen organizado. En un país de obesos, todos somos una bomba de tiempo. Salgo a la calle y gente con cara de hipopótamo me ofrece volantes publicitarios, conduce el taxi en el que viajo, me sirve la comida. Los astrólogos, futurólogos y demás lunáticos dicen bonachonamente sus predicciones para 2011 en la televisión. Indecoroso exhibir la propia crisma como bola de cristal. El cerebro menos sagaz de los nueve que tenía el pulpo Paul daría un pronóstico más acertado. Noticias: 2011 viene peor que 2010, pero no tanto como 2012. 

jueves, 9 de diciembre de 2010


Al que ayuda, Dios lo madruga.

lunes, 18 de octubre de 2010

Las agendas dicen que primero va la muerte y luego el cielo, primero el día de muertos y luego la navidad. Tim Burton escribió The nightmare before Christmas pensando en lo curioso que resulta que en estos meses se combinen la navidad y la muerte. Sin la navidad, el invierno sería la estación más deprimente del año. Todas esas mentiras alegres o fantasías que sostienen la ilusión de la navidad, mitigan la amargura del ambiente frío y grisáceo que la naturaleza prodiga durante esta temporada. El año termina (y empieza) en medio de un frío sañudo que agrieta la piel. El frío hace más visibles a los indigentes, como si los regresara a la vida. Los indigentes son los verdaderos protagonistas de la navidad, porque es el período del año en que se les presta mayor atención. La moral de la navidad implica una compasión ante el triste baile de esqueletos tiritantes que inútilmente huyen del frío. Una piedad por los que siempre pierden. Todo va palideciendo hasta sumirse en tinieblas y revelar el mundo podrido de la miseria. Qué cantidad de fantasías necesitó crear esta sociedad para no sucumbir ante semejante miseria que agrieta el corazón. Cuánta imaginación fue necesaria para convertir esta temporada desolada en un sueño feliz de muñecos de nieve, renos voladores tirando de trineos, ángeles y reyes magos en las vitrinas de las tiendas, pinos que fructifican en manzanas de vidrio soplado, casas de juguete y estrellas que crecen de sus ramas ataviadas con guirnaldas y luces parpadeantes, copos de nieve cayendo en cada recuerdo del año que está acabando. Qué gran marihuanada es la navidad. Cuando era niño, una vez entré en una tienda K2 y todos los muebles estaban cubiertos de esferas diminutas de unicel, nieve hecha de espuma plástica. Mi cabeza de niño creyó que los muebles se vendían con todo y unicel, y la idea de vivir entre esa nieve de utilería me pareció de lo más divertida. Claro que en esa época creía también en los Reyes Magos. Lo he recordado hoy que veía este episodio de La Dimensión Desconocida, en el que un borracho que trabaja de Santa Claus en un almacén le pregunta a un cantinero: ¿por qué supone que en realidad no existe Santa Claus? ¿Por qué no hay un verdadero Santa Claus para niños como ésos?





lunes, 11 de octubre de 2010

Ayer que fue domingo imaginaba a cada uno de ustedes buscando el modo de descansar y olvidarse de los problemas que tienen encima, espantarse el síndrome de mañana es lunes, el horror concéntrico de los domingos. Los imaginaba evadiéndose, en la televisión, en los videojuegos, en la música. O en el internet echando un vistazo a la vida de sus amigos vía Facebook, viendo las fotografías de tiempos más felices, escribiendo comentarios de a ver cuándo nos vemos que tímidamente son llamadas de auxilio, aderezadas con gracejos o caritas smiley para no parecer muy serios, la seriedad es tabú. Cuando se lleva una vida sedentaria hay que vivir huyendo del aburrimiento. La semana pasada escuchaba a un filósofo calvo y obeso decir que pasa demasiado tiempo rascándose la nariz, y que si al final de su vida hiciera un recuento de ese tiempo resultaría que se pasó varios meses rascándose la nariz. Bien podría contabilizar también el tiempo en que se rasca la cabeza, la espalda, los brazos, los muslos, los pies, y entonces resultaría, me temo, que la vida se le desmoronó en rascarse, una cifra alarmante de tiempo perdido. ¿Qué es el tiempo? ¿Un despilfarro cósmico? ¿Una imprudencia de Dios? Qué difícil resulta a veces dotar de sentido pleno al tiempo que transcurre, qué triste resulta no poder detener los momentos felices, congelar el tiempo y que la vida ya no se escape de nosotros, y también qué difícil es encontrar de verdad ese instante que querríamos que durara para siempre, la cima absoluta de nuestras vidas, desde la cual podríamos sentir el impulso que Goethe infundió a Fausto y decir: "¡Detente, instante, eres tan bello!" Resulta por demás complicado identificar ese momento, saber que será la cúspide, el desiderátum de toda una vida. Y, en realidad, no creo que sea muy grato identificarlo, porque en el fondo siempre quedará la duda y, más aún, el deseo de un instante más bello. Esa posibilidad se irá desvaneciendo conforme se acerque la muerte, y quién sabe si al final podremos distinguir cuál fue la cima de nuestra vida. 'Siempre' es una palabra absurda, mentirosa. La luna nos parece eterna, que siempre estará ahí, pero sólo la veremos un número limitado de veces, de hecho muy pocas, igual que los ojos de una niña bonita o la sonrisa de la madre. Y sin embargo, la luna también puede aburrirnos. La llegamos a ver con el mismo entusiasmo con que nos rascamos la oreja mientras bostezamos. Hay que buscarle alguna novedad para no llegar a odiarla o considerarla estúpida, otra ocurrencia chusca de Dios; hay que buscarle el conejo, imaginar que a lo mejor es un disco y que algún día saldrá volando y no volverá a ser vista por ojos humanos, o que es un holograma o una esfera de lata hueca que los antiguos pusieron en órbita hace millones de años. Sólo así la luna volverá a resplandecer y seguirá siendo objeto de maravilla, en la medida en que podamos encontrarla variada, nueva, inventarle historias emocionantes. Y así para todo. No es fácil ver por enésima vez la entrada de Los Simpsons y volver a encontrarla graciosa, quererla íntimamente, recordar porqué la serie es tan buena, porqué al final valió la pena haber pasado tanto tiempo frente a la tele para verla. Si no existe la capacidad de variación, si la vida llega a ser a tal grado monótona que nos parezca que la hemos desperdiciado en rascarnos la nariz, como aquel dizque filósofo, creo que nos exponemos a una cruel implosión de serotonina y a una depresión atroz.

Toda esta chaqueta senti-mental para compartirles la nueva entrada de Los Simpsons dirigida por Banksy (seguramente ya la vieron). Es amarga y al mismo tiempo hilarante. La gran comedia de nuestras juventudes perdidas está al aire en una cadena televisiva de right wing, propia de un país que exporta esclavitud y racismo, pero sabe hacerlo sacándote una sonrisa. Toda realidad tiene dos caras, un lado oscuro, como la luna.

lunes, 29 de marzo de 2010

Descarga gratuita

En un mundo que se caracteriza por la saturación, el caos y la incertidumbre, se hace necesaria una dietética de la información (véase Baudrillard). Todo ha de compactarse, hacerse ligero, o perecer. No debe perderse el tiempo en profundidades o digresiones, el tiempo es oro. Ofrezco aquí algunas aplicaciones comprimidas que espero les sean útiles.

ternura.zip
eternidad.zip
universo.zip
risa.zip
sonrisaconvenenciera.zip
perseverancia.zip
poesía.zip
milagro.zip
miedo.zip
liguedeborracho.zip
máquinadeltiempo.zip
dientedeleón.zip
déjàvu.zip

Saudade.zip

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¿Un poco de saudade en este lunes lluvioso?


lluvia.zip saudade.zip

(abrir al mismo tiempo ambos enlaces en dos tabs independientes)

domingo, 21 de marzo de 2010

Diente de león

A más de uno le habrá ocurrido que lo persiguen ciertos objetos. A alguien lo acosa una moneda, un mueble, una planta, una bicicleta, una palabra. Philip K. Dick fue perseguido por robots de juguete e insectos que hablaban y se reían de él. Su literatura de la paranoia, sobre todo en su vertiente cuentística, es más una metafísica que una ciencia ficción. Hace de la materia inerte, las plantas y los animales, mucho más de lo que a simple vista parecen ser, los pone como almas en el terreno de la vida.

Es curioso cómo a veces los objetos parecen aliarse, el modo en que pueden producir una acentuación unilateral de temas específicos que insisten, vuelven y se mimetizan en miles de figuras a través de la vida. Es el caso, para mí, de la achicoria, mejor conocida como diente de león. La veo con frecuencia, la sueño, a veces estoy un poco harto de ella. No sé qué es lo que quiere decirme, o por qué es tan importante, pero le pongo toda la atención de que soy capaz.

La aparición siempre está ligada a la idea o a la experiencia del viento y al azar.

Así en la fotografía llamada Lorsque le vent viendra (Cuando el viento vendrá) de Gilbert Garcin

.


En el poemario Diente de León de Jesús Bartolo (click para agrandar)
























A veces estoy a punto de pisar el diente de león, y al final, casi al azar, me sale una foto casi decente yo que rara vez tomo fotos.


lunes, 8 de febrero de 2010



El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible



-Oscar Wilde






La luz es el primer animal visible de lo invisible



-José Lezama Lima






domingo, 6 de diciembre de 2009

¡Salud!


Un sofisma:

1. El 44% de los accidentes automovilísticos en la ciudad de Querétaro son provocados por conductores que bebieron alcohol.

2. Los sobrios chocan el restante 56%.

3. Para reducir los accidentes automovilísticos es necesario que la gente beba más seguido antes de manejar.

¡Felices fiestas!



martes, 24 de noviembre de 2009

Bourbon Orca

La característica más particular de los nuevos barcos del grupo Ulstein (Noruega) es la proa llamada X BOW. Son embarcaciones diseñadas para navegar en condiciones climáticas extremas; su proa invertida actúa como rompeolas que permite mantener la velocidad a pesar del mal tiempo. En 2005, Ulstein recibió por este diseño el premio Proeza de Ingeniería. El primer barco con este tipo de proa, el Bourbon Orca, recibió el premio Barco del Año 2006 de parte de la publicación nórdica Skipsrevyen y de Offshore Support Journal.

El nombre de Orca queda como anillo al dedo. La nave tiene el aspecto de un monstruo marino, una horrible ballena.



El video anterior tiene algo siniestro y triste... Muestra un aspecto mórbido de la humanidad: el mediocre intento de dominar la naturaleza.

También hay cierta belleza en ello.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Ondulación

Habla el mago poeta, transmitiendo desde el planeta de los fenecidos (como de costumbre, dice cosas que de este lado nadie entiende, pero se le agradece de todos modos):

"Así fue adquiriendo la ambivalencia entre el espacio gnóstico, el que expresa, el que conoce, el de la diferencia de densidad que se contrae para parir, y la cantidad, que en unidad de tiempo, reaviva la mirada, el carácter sagrado de lo que en un instante pasa de la visión que ondula a la mirada que se fija. Espacio gnóstico, árbol, hombre, ciudad, agrupamientos espaciales donde el hombre es el punto medio entre naturaleza y sobrenaturaleza".

Un punto



Kandinsky ha dicho que, en pintura, un punto vale más que una figura humana. Ello vale para la composición estilística como para el número, puesto que, en cualquier caso, el punto determina la potencia de la cifra, y siempre se toma por multiplicador el número menor.

En esta Supernova de Vasarely el punto se conjuga con su propia forma y produce las ilusiones de color y movimiento donde no los hay.


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jueves, 31 de julio de 2008


Lirios, pensad
que se halla de viaje
el que os mira

-Sôgi

domingo, 27 de abril de 2008

Mal de mer

En la ciudad de Irvine, California, hay un gringo que escribe un blog intitulado maldemer.blogspot.com

El gringo se hace llamar Joshua Porter. Sin asomo de duda es un perdedor. Pero también desde otra perspectiva puede ser un sabio anónimo. En su perfil dice que es buzo de rescate. Maestro de física y álgebra en una junior high (no especifica cuál). Fotógrafo y explorador del mar.

En su blog expone las fotografías que toma bajo el mar. Sus fotografías son sumamente contradictorias. Algunas parecen bellas pero no lo son. Otras son bellas hasta la lágrima y la asfixia. Unas son verdaderamente asombrosas; otras parecen tomadas por un ojo que ve sólo el marco de las cosas, un ojo desorientado que mira tanto ese marco -y se fascina tanto con él- que nunca llega a ver la milagrosa imagen que hay en medio. Captan con evidente torpeza un aura, un instante, un momento estético que se iba a presentar una sola vez y nunca más -el segundo en el que Joshua tomó o creyó tomar las fotos. Una bandada de peces que huyen súbitamente. Extraños racimos de corales sembrados caprichosamente en el suelo marino. Plantas y criaturas de colores alucinantes. Una tortuga abriendo las alas para planear más alto. Otras fotografías muestran a un buzo contemplando los altiplanos que se forman en los suelos arenosos, dunas tenuemente deslavadas por el correr paciente y enigmático de las aguas.
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Lo repito: estas fotografías a veces intentan retratar un aura, un aquí y ahora (un deslumbrante hic et nunc) en el que el universo entero se muestra hermoso. El planteamiento y la solución de un enigma trascendental estaban ahí; la cámara, el fotógrafo, su ojo y su dedo (aunque tomaron la foto) no estaban ahí.

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Cuando yo abrí este blog y sentí necesidad de darle un nombre, "mal de mer" vino como un relámpago. Joshua pensó esto mismo unos escasos meses antes que yo. Quizá lo vio (conjeturo al aire, como quien dice al chile) en un avión, en las bolsitas para vomitar que dicen en francés: sac mal de mer. Yo lo vi así (aunque antes lo vi en obvios libros existencialistas y antes en las piruetas que daba sobre un pie cuando era niño y creía que dando muchas vueltas seguidas te salías de órbita y desaparecías del mundo). Mal de mer puede ser un mareo, una náusea que explota a miles de kilómetros sobre el mar. Mi mal de mar es un vértigo que contempla la inmensidad del océano desde las alturas. El de Joshua es un mareo estupefacto y alucinante que contempla la belleza microscópica de un cementerio marino.

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En cualquier caso, mal de mer es un vómito diabólico (blattyesco) que cae a chorros desde las alturas (quizá es un desecho que no me gusta y del cual necesito deshacerme publicándolo aquí, deshacerme de él no porque crea que tiene alguna calidad y quiera presumirlo a mis amigos, sino porque necesito expulsarlo para que no se coagule en mi esófago y me asfixie).

Me interesa el blog de Joshua. Mal de mer es un concepto que él y yo nos encargamos de descifrar con ojos distintos (me topé con su blog en la cara cuando quise usar el nombre de maldemer, y tuve que aceptar sin gimoteos la humillación de poner un número (6) al lado porque el nombre ya estaba tomado). Me interesa el hecho de que su blog no tiene comentarios (al mío le va mal, casi nadie da dos patas de hormiga por él, pero de vez en cuando alguien se para por aquí y explora el blog como una mosca aterrizando en la superficie de la luna). El blog de Joshua no tiene comentarios. ¿Por qué? ¿Bloquea los comentarios o nadie ha querido comentar? ¿Joshua, de tanto vagar en el fondo del océano, persiguiendo fantasmas marinos, se ha olvidado de vivir y por eso no tiene amigos? ¿Pasa la vida en el fondo del mar y sólo sale para digitalizar sus fotos y subirlas al blog? A veces me imagino a Joshua como un buzo nómada, sin rumbo: náufrago itinerante. Un astronauta perdido en el fondo del mar, alma solitaria flotando alternativamente entre el éter del ciberespacio y las aguas de Hawaii.

Al parecer Joshua tiene un amigo. El tal Pete, otro buzo que se sumerge con él y con quien tal vez conversa bajo el agua en un lenguaje secreto. También habla de otros buzos, Jeff y Wouter. Otros tipos que viven en el fondo del mar y toman fotografías dignas de admiración que al parecer nadie ve, porque a la fecha el blog de Joshua sigue sin comentarios. Joshua dice que sus fotos están sujetas a leyes de copyright. No me importa, le hago un servicio publicando parte de su obra aquí, y de todos modos se lo merece por haberme ganado el nombre de maldemer para mi blog.

domingo, 25 de noviembre de 2007

Ayuda humanitaria

Rotas las vías de comunicación, roto el estado, rota la justicia, rota la civilización. La tierra desgajada, cadáveres de reses flotando, mosquitos revoloteando en un edén demoníaco, la iglesia “El arca de Noé” bajo el agua, ríos de aguas dulces que de pronto se tornan amargas. Tabasco y Chiapas.

A nadie se le ocurre armar una despensa y enviarla a uno de los 34 mil niños que mueren diariamente de hambre en países como Angola o el Congo. Ahí la emergencia es permanente y la tragedia es el único destino, pero como eso no sale todo el día en los medios de comunicación, y como es tan lejos, es como si no existiera.

De todos modos me dieron ganas de enviar alguna ayuda a los damnificados en México. Y ahí surge un dilema.

¿A quién darla para que la haga llegar? ¿a TV Azteca? ¿al gobierno del DF y a su jefe? ¿a Banamex? ¿a cualquier otra instancia de rapiña política o comercial?

No.

Decidí que la iba a enviar directamente a Tabasco y a Chiapas. Seleccioné una colonia y busqué el código postal de alguna de las zonas afectadas, pensando que lo mejor sería enviar la ayuda por mensajería, y que el mensajero se la entregara en la mano a alguien que viera que lo necesitaba.

¿Pero es esto posible?

Ah, claro. En México hay DHL.

Los publicistas dicen que a los mensajeros de DHL "nada los detiene". Campaña Grand Prix de algún autodenominadocírculo creativo.
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Órale.

Y es que realmente a esos monos NADA los detiene.

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¡Nada!

Hasta que, claro, se encuentran con un obstáculo de verdad y se accidentan.

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De todos modos decidí darles una oportunidad. Tomé el teléfono y hablé a DHL. Me contestó una señorita muy simpática.

-DHL, buenas tardes, ¿en qué le puedo servir?
-Hola. Tengo un envío para la colonia la Manga en Villahermosa, Tabasco, el código postal es 8068...
-No hay servicio a Tabasco, señor -interrumpió la operadora.
-¿Cómo? ¿No que nada los detiene? -le dije.

La operadora se quedó en silencio. Imaginé que estaría haciendo una cara más o menos así:

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Ni modo. No quedó otra más que enviar la despensa a los niños de Angola. O a la señora sin piernas que se sienta en las escaleras del metro. Ella también es damnificada, ¿no? ¿O tiene que salir en la tele para serlo?

jueves, 1 de noviembre de 2007

Disertación gastrointestinal-visceralista sobre las mercancías ubicuas y sus posibles aplicaciones en el cultivo inorgánico de zombis

Cada día son más las campañas publicitarias que pretenden construir marcas ubicuas, es decir, marcas que están en todas partes. Pasándose por los huevos a Kant y sus juicios para la validez universal, nuestros esforzados re-creativos publicitarios toman cualquier cosa y la elevan a universalidad. Quizá la más importante -y por ende, la más absurda- campaña de este tipo es la de Coca-Cola, jarabe gasificado que es como nuestro padre, madre y dios, todo en uno, y que acompañará nuestras tripas podridas toda la vida...



El razonamiento de este tipo de campañas es que si elevan el producto a categoría universal, haciendo que el consumidor se lo encuentre en todas partes y no tenga posibilidad de escapar, dicho con-sumidor tarde o temprano será con-sumido y terminará pensando que el producto es como una parte de él, una parte íntima que siempre lo acompaña donde quiera que va.

Un ejemplo de estas mercancías que se pretenden ubicuas es Camel, marca que se encuentra en cualquier parte, incluso en los sitios más íntimos y sorpresivos. Uno comienza a subirse el pantalón y al voltear:

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-¡Ah cabrón, cagué un Camel!

Qué vergüenza, qué pena, de verdad. Pero así es, en todas partes está el Camello con su alegre figura. Lo vemos tomando el sol en Egipto, en India, en Cuba... (en las estampitas, claro, porque el Camello nunca ha puesto un pie en Cuba, pero quién sabe cómo se las arregló para tomarse una foto ahí, ya ven que el condenado tiene muchos dobles y todos andan por ahí tomándose fotos, donde quiera que van).

Sí, es normal, en estos casos siempre se utilizan dobles. El camello original quedó abatido, jodidísimo el pobre camello después de tantas ocurrencias de sus publi-relacionistas.

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Desde 1913 está ahí el infeliz.

Pero ejemplos de marcas "ubicuas" hay muchos.

"Todos somos Telcel"; "todo México es territorio Telcel":

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O el Absolut, hay Absolut para todos.

Para cínicos:

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Para bitlemaníacos:

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(Que nadie se indigne. Afortunadamente esta aberración de los Bitles no ha salido al aire nunca; no existe. Se trata tan sólo de una burla realizada por su seguro sexo servidor de sexo seguro porque no tenía nada que hacer, y para fines ilustrativos y didácticos de la Sociedad Internacional de la Imaginación al Servicio de Nadie, reproducida en este blog con su autorización).

Absolut en los Simpsons:

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etc, etc, etc...

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Todavía parece ser mucha la gente que se entusiasma hasta el infinito con estas campañas. Nunca nunca nunca se van a cansar de ver carteles que digan Absolut esto, Absolut lo otro... Pero sospecho que estos productos y sus campañas no son más que otra pequeña mediocridad de las sociedades de consumo; otra bobería de la seudo comunicación que tarde o temprano va a desaparecer.

No sé si lo que acabo de decir tiene algún fundamento, si tiene posibilidad de suceder o es tan sólo un deseo, mera guajira o chaqueta senti-mental. Pero a quien diga que es un sueño guajiro le sostengo que eso no puede ser, porque los sueños guajiros son sueños que tienen los campesinos, y yo no soy campesino ni soy natural de la Guajira.

Estas campañas supremacistas se vuelven ociosas. Ya se ha visto que no pueden extenderse a cualquier mercancía, pues hay ciertos productos que no son para todos. Por eso la campaña de librerías Gandhi que unía cualquier párrafo de María Mercedes con una idea miope y te decía "ya leíste tal libro" fue muy exitosa, pero también muy tonta.

Dicha campaña, aunque muy aclamamada en el circulillo de los mercachifles, y aunque vendió un número considerable de libros, no hizo tanta gracia a quienes leen libros sin necesidad de que los acarreen. No quiero contagiarme de supremacismo ni parecer falso aristócrata, pero los libros no son coca cola para todos. Hay otras campañas que se han hecho para Gandhi (como la de "si no sabes quién es, acércate a las letras") que no pretenden ninguna ubicuidad, no se dirigen a las masas, sino a los individuos. A mi juicio son más acertadas.

No concedo nada ni trato de convencer. Veremos qué pasa en el futuro con estas marcas ubicuas, cuánto duran. Lo que creo es que tarde o temprano el aburrimiento, quizá la vergüenza, nos harán arrojar el camellito al remolino del WC, y en el futuro lo recordaremos cuando mucho como un dolor estomacal.