sábado, 15 de noviembre de 2008

Ondulación

Habla el mago poeta, transmitiendo desde el planeta de los fenecidos (como de costumbre, dice cosas que de este lado nadie entiende, pero se le agradece de todos modos):

"Así fue adquiriendo la ambivalencia entre el espacio gnóstico, el que expresa, el que conoce, el de la diferencia de densidad que se contrae para parir, y la cantidad, que en unidad de tiempo, reaviva la mirada, el carácter sagrado de lo que en un instante pasa de la visión que ondula a la mirada que se fija. Espacio gnóstico, árbol, hombre, ciudad, agrupamientos espaciales donde el hombre es el punto medio entre naturaleza y sobrenaturaleza".

Un punto



Kandinsky ha dicho que, en pintura, un punto vale más que una figura humana. Ello vale para la composición estilística como para el número, puesto que, en cualquier caso, el punto determina la potencia de la cifra, y siempre se toma por multiplicador el número menor.

En esta Supernova de Vasarely el punto se conjuga con su propia forma y produce las ilusiones de color y movimiento donde no los hay.


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jueves, 31 de julio de 2008


Lirios, pensad
que se halla de viaje
el que os mira

-Sôgi

domingo, 27 de abril de 2008

Mal de mer

En la ciudad de Irvine, California, hay un gringo que escribe un blog intitulado maldemer.blogspot.com

El gringo se hace llamar Joshua Porter. Sin asomo de duda es un perdedor. Pero también desde otra perspectiva puede ser un sabio anónimo. En su perfil dice que es buzo de rescate. Maestro de física y álgebra en una junior high (no especifica cuál). Fotógrafo y explorador del mar.

En su blog expone las fotografías que toma bajo el mar. Sus fotografías son sumamente contradictorias. Algunas parecen bellas pero no lo son. Otras son bellas hasta la lágrima y la asfixia. Unas son verdaderamente asombrosas; otras parecen tomadas por un ojo que ve sólo el marco de las cosas, un ojo desorientado que mira tanto ese marco -y se fascina tanto con él- que nunca llega a ver la milagrosa imagen que hay en medio. Captan con evidente torpeza un aura, un instante, un momento estético que se iba a presentar una sola vez y nunca más -el segundo en el que Joshua tomó o creyó tomar las fotos. Una bandada de peces que huyen súbitamente. Extraños racimos de corales sembrados caprichosamente en el suelo marino. Plantas y criaturas de colores alucinantes. Una tortuga abriendo las alas para planear más alto. Otras fotografías muestran a un buzo contemplando los altiplanos que se forman en los suelos arenosos, dunas tenuemente deslavadas por el correr paciente y enigmático de las aguas.
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Lo repito: estas fotografías a veces intentan retratar un aura, un aquí y ahora (un deslumbrante hic et nunc) en el que el universo entero se muestra hermoso. El planteamiento y la solución de un enigma trascendental estaban ahí; la cámara, el fotógrafo, su ojo y su dedo (aunque tomaron la foto) no estaban ahí.

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Cuando yo abrí este blog y sentí necesidad de darle un nombre, "mal de mer" vino como un relámpago. Joshua pensó esto mismo unos escasos meses antes que yo. Quizá lo vio (conjeturo al aire, como quien dice al chile) en un avión, en las bolsitas para vomitar que dicen en francés: sac mal de mer. Yo lo vi así (aunque antes lo vi en obvios libros existencialistas y antes en las piruetas que daba sobre un pie cuando era niño y creía que dando muchas vueltas seguidas te salías de órbita y desaparecías del mundo). Mal de mer puede ser un mareo, una náusea que explota a miles de kilómetros sobre el mar. Mi mal de mar es un vértigo que contempla la inmensidad del océano desde las alturas. El de Joshua es un mareo estupefacto y alucinante que contempla la belleza microscópica de un cementerio marino.

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En cualquier caso, mal de mer es un vómito diabólico (blattyesco) que cae a chorros desde las alturas (quizá es un desecho que no me gusta y del cual necesito deshacerme publicándolo aquí, deshacerme de él no porque crea que tiene alguna calidad y quiera presumirlo a mis amigos, sino porque necesito expulsarlo para que no se coagule en mi esófago y me asfixie).

Me interesa el blog de Joshua. Mal de mer es un concepto que él y yo nos encargamos de descifrar con ojos distintos (me topé con su blog en la cara cuando quise usar el nombre de maldemer, y tuve que aceptar sin gimoteos la humillación de poner un número (6) al lado porque el nombre ya estaba tomado). Me interesa el hecho de que su blog no tiene comentarios (al mío le va mal, casi nadie da dos patas de hormiga por él, pero de vez en cuando alguien se para por aquí y explora el blog como una mosca aterrizando en la superficie de la luna). El blog de Joshua no tiene comentarios. ¿Por qué? ¿Bloquea los comentarios o nadie ha querido comentar? ¿Joshua, de tanto vagar en el fondo del océano, persiguiendo fantasmas marinos, se ha olvidado de vivir y por eso no tiene amigos? ¿Pasa la vida en el fondo del mar y sólo sale para digitalizar sus fotos y subirlas al blog? A veces me imagino a Joshua como un buzo nómada, sin rumbo: náufrago itinerante. Un astronauta perdido en el fondo del mar, alma solitaria flotando alternativamente entre el éter del ciberespacio y las aguas de Hawaii.

Al parecer Joshua tiene un amigo. El tal Pete, otro buzo que se sumerge con él y con quien tal vez conversa bajo el agua en un lenguaje secreto. También habla de otros buzos, Jeff y Wouter. Otros tipos que viven en el fondo del mar y toman fotografías dignas de admiración que al parecer nadie ve, porque a la fecha el blog de Joshua sigue sin comentarios. Joshua dice que sus fotos están sujetas a leyes de copyright. No me importa, le hago un servicio publicando parte de su obra aquí, y de todos modos se lo merece por haberme ganado el nombre de maldemer para mi blog.