lunes, 29 de marzo de 2010

Descarga gratuita

En un mundo que se caracteriza por la saturación, el caos y la incertidumbre, se hace necesaria una dietética de la información (véase Baudrillard). Todo ha de compactarse, hacerse ligero, o perecer. No debe perderse el tiempo en profundidades o digresiones, el tiempo es oro. Ofrezco aquí algunas aplicaciones comprimidas que espero les sean útiles.

ternura.zip
eternidad.zip
universo.zip
risa.zip
sonrisaconvenenciera.zip
perseverancia.zip
poesía.zip
milagro.zip
miedo.zip
liguedeborracho.zip
máquinadeltiempo.zip
dientedeleón.zip
déjàvu.zip

Saudade.zip

Photobucket

¿Un poco de saudade en este lunes lluvioso?


lluvia.zip saudade.zip

(abrir al mismo tiempo ambos enlaces en dos tabs independientes)

domingo, 21 de marzo de 2010

Diente de león

A más de uno le habrá ocurrido que lo persiguen ciertos objetos. A alguien lo acosa una moneda, un mueble, una planta, una bicicleta, una palabra. Philip K. Dick fue perseguido por robots de juguete e insectos que hablaban y se reían de él. Su literatura de la paranoia, sobre todo en su vertiente cuentística, es más una metafísica que una ciencia ficción. Hace de la materia inerte, las plantas y los animales, mucho más de lo que a simple vista parecen ser, los pone como almas en el terreno de la vida.

Es curioso cómo a veces los objetos parecen aliarse, el modo en que pueden producir una acentuación unilateral de temas específicos que insisten, vuelven y se mimetizan en miles de figuras a través de la vida. Es el caso, para mí, de la achicoria, mejor conocida como diente de león. La veo con frecuencia, la sueño, a veces estoy un poco harto de ella. No sé qué es lo que quiere decirme, o por qué es tan importante, pero le pongo toda la atención de que soy capaz.

La aparición siempre está ligada a la idea o a la experiencia del viento y al azar.

Así en la fotografía llamada Lorsque le vent viendra (Cuando el viento vendrá) de Gilbert Garcin

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En el poemario Diente de León de Jesús Bartolo (click para agrandar)
























A veces estoy a punto de pisar el diente de león, y al final, casi al azar, me sale una foto casi decente yo que rara vez tomo fotos.